domingo, 31 de diciembre de 2006

Imperativo

Hace unos años, cuando era un ateo furioso y no un mero agnóstico a moco tendido, argumentaba que hacer el bien tenía sentido. Hoy la realidad me convence que el bien es una necesidad urgente. Sin el bien, un bien radical que embellezca todo lo que toque, no sobreviviremos.

El bien es un imperativo. Invito al lector a declararlo: “No sobreviviré mucho más a menos que abrace un orden moral que comience con mi supervivencia y exija un proceder que conduzca a la supervivencia de toda la humanidad.”

Aclaro que un orden moral no es una serie de órdenes que fingen ser morales: izar la bandera, trabajar para ganarse el pan, guardar los órganos genitales bajo cierre relámpago excepto en ciertas ocasiones. Eso es sólo un sistema de modales para mantener a todos en la línea que nos han fijado los que detentan el poder; es una visión hecha escualida por los reglamentaristas, las iglesias y sinagogas, las escuelas, las madres sin un sentido del humor, los padres con las cinturones demasiado apretados.

Hace algunas noches, salió de nosedónde un sueño sobre esto.

Estaba en el atrio de una escuela muy moderna. Un sacerdote se sentaba en un escritorio con algunos libros delante de él. Una monja estaba a su lado. Ella explicó que cada estudiante iría de puerta que va a la puerta a través de la vecindad para cerciorarse de que cada familia tenía una copia del catecismo, la Biblia y otro libro que no puedo recordar.

"Qué pasa si las familias no tienen dinero para los libros?" Pregunté.

"Hijo, ésta es la llave a la vida eterna," dijo a sacerdote.

"Así que Jesús realmente no dijo tan 'ven, bendito de mi padre a poseer el reino preparado para ti desde la fundación del mundo. Porque tenía hambre, y me diste para comer; Tenía sed, y me diste deber bebida; Era un extranjero, y me hospedaste; Desnudo, y me cubriste: enfermo, y me visitaste: Estaba en la prisión, y viniste a mí,' " dije, y agregué: "Lo que realmente dijo "bienvenido porque has vendido muchos catecismos, biblias y buenos libros."

Desperté a tiempo de evitar el drama que había puesto en marcha.

No era un sueño sobre Jesús o el cristianismo, sólo una crítica a la manera en que la sociedad ha domesticado a los profetas, de modo que sus desafíos puedan tornarse de provecho para los shamanes y los reyes a los que sirven. El imperativo verdadero es mucho más salvaje, impráctico, casi imposible.

Se rompe con las leyes, reglamentos, los modales. No se justifica la guerra o la comercializacíon de los valores o la sexualización; ni se da pie a la acusación hipocríta.

Los grandes visionarios vislumbraron algo más allá de una sociedad de alcurnia e iglesias y ejércitos y burdeles y cotillones.

Dar vuelta a la otra mejilla. Comenzar la conclusión. Amar el odio. Pintar colores sobre lo que es gris o negro o blanco. No hacer nada.

Debemos.

jueves, 26 de octubre de 2006

Sermón en la Iglesia Atea

Si Richard Dawkins se cansa un día de la biología evolutiva, siempre puede ganarse el pan como cómico. Eso es lo que descubrí el martes cuando vino a hablar sobre su nuevo libro, The God Delusion (La Ilusión de Dios), en una librería cerca de mi casa.

Dawkins es profesor con cátedra sobre la comprensión pública de la ciencia en la universidad de Oxford. Acuñó el término "meme", que se volvió un lugar común en círculos intelectuales después de que su trabajo de 1976 The Selfish Gene (El Gene Egoísta).

Un meme es una unidad de la evolución cultural, según Dawkins, quese propaga como un gene, transfiriéndose de una mente a otra. Las frases hechas y las tonadas populares son memes. El meme mismo se convirtió en meme.

Dawkins también ha contribuido a la teoría evolutiva con la noción que los efectos fenotípicos (es decir, los efectos de las características o la apariencia total de un organismo) no se limitan al cuerpo de un organismo pero pueden influenciar todo un ambiente. Ni me pregunten por qué es una gran contribución científica; esto excede lejos mis rudimentarios conocimientos. Lo siento.

De todos modos, no fue la ciencia lo que me atrajo a la charla de este personage a una mera media cuadra de mi domicilio. Dawkins es, además de científico y observador de la cultura, un apasionado defensor del ateismo y crítico de la religión.

No obstante, en el New York Times del domingo pasado la crítica de su reciente libro indicó que “aunque hay partes buenas, con datos precisos sobre las imbecilidades de los fanáticos religiosos y los fraudes de creyentes de todas las religiones, el tono tiene un aire un tanto satisfecho y la lógica resulta de vez en cuando descuidada.”

Escuchamos en la charla bastante sobre los imbéciles y el humor que incitan resultó muy divertido. Dawkins citó el caso de Juan Pablo II, quien insistió por años en su convencimiento de que Nuestra Señora de Fatima lo salvó de la muerte en el atentado contra su vida en 1981.

“Podríamos preguntarnos ¿porqué la mano maternal no movió la bala para que ni diera en su cuerpo?” Dawkins comentó. “O también podríamos decir que los cirujanos que trabajaron para extraer la bala y reparar el daño por horas de horas merecer algún reconocimiento".

No se quedó con eso Dawkins. "Pero sobretodo, debríamos preguntarnos ¿por qué no intervinieron Nuestra Señora de Lourdes, Nuestra Señora de Guadalupe, Nuestra Señora de Medjugorje o Nuestra Señora de Knock? Deben haber estado ocupadas con otras diligencias.”

Y no es solo el papa su blanco humorístico. No peca de tímido Dawkins al apuntar hacia Abraham, el patriarca bíblico, a quien Dawkins tildó de fanático al punto del filicidio, “excepto, nos dice la Biblia, Dios estaba bromeando ese día”.

Dawkins también habló, por ejemplo, de la "limpieza étnica" en el libro bíblico de Josué. ¿Limpieza étnica? ¿En la Biblia? Aquí está:

Y cuando los sacerdotes hubieron tocado las trompetas la séptima vez, Josué dijo al pueblo: Dad gracias, porque el Señor os ha entregado la ciudad. [...] Entonces el pueblo dio gracias, y los sacerdotes tocaron las trompetas; y aconteció que cuando el pueblo hubo escuchado el sonido de la trompeta, el pueblo gritó con gran vocerío, y el muro se desplomó. El pueblo subió luego a la ciudad, cada en fila, y la tomaron. Y destruyeron por completo, a filo de espada, todo lo que había en la ciudad: hombres y mujeres, jóvenes y ancianos, bueyes, ovejas y asnos. (Josué 6:16,20 - 21)

Dawkins contó que un equipo de sociólogos les leyó el texto citado a un grupo escolares israelíes, tras lo cual se les entregó un breve cuestionario en el que se preguntaba si el estudiante estaba de acuerdo con lo que sucedió, según el texto. Dos tercios dijeron que si, decir que Dios había prometido la tierra al pueblo hebreo y que era su misión conquistarlo a toda costa.

Los sociologos entonces modificaron el texto: en vez del Señor, Josué y los hebreos, pusieron una deidad oriental, el General Lin y los chinos. Tres cuartos de los niños israelíes a los que se les presentó el texto modficiado dijeron que la matanza era inmoral. Dawkins concluyó que la moralidad bíblica no es la ética natural a la que normalmente acudimos, sino que los creyentes escogen lo que les gusta de la Biblia y hacer caso omiso de las múltiples inmoralidades en las escrituras.

Me vi reír y asentir con tantos otros que habían venido a escuchar a Dawkins. Sin embargo, el evento me hizo recordar a una iglesia en plena misa de once, sin un asiento libre y con un inevitable excedente de fumadores a la entrada, generalmente adolescentes castigando facha para las chicas. La librería se había atestado de gente bastante antes de la primera palabra de la charla.

Cuando Dawkins empezó a hablar y a hacernos reir, sentí como si estuviera en la presencia de un predicador popular, un redentorista o un dominico quizás, pero en este caso, ateo. Y al igual que en una iglesia, la gente era casi toda una poco peculiar. No era gente que elegiría como amigos. Mi acompañante me dijo luego, cuando le conté mi impresión, que yo mismo lucía un tanto peculiar: con un hojal de la camisa sin botón y una mancha que sin duda había sobrevivido la máquina de lavar.

Y hasta el predicador tuvo que admitir que el ateismo requiere un poco de fe.

Técnicamente, Dawkins dijo, es un agnóstico, dado que nadie puede probar la inexistencia de un dios.

“Somos todo el agnosticos sobre todo, desde las hadas a Zeus y Yahvé,” dijo. “Transitamos en la vida como si no éstos no existieran, con absoluta confianza que así es, aún cuando, por supuesto, es imposible demostrar una tésis negativa.”

Amen.

viernes, 20 de octubre de 2006

El ADN del Peronismo

La concurrencia del minstro del interior argentino, Aníbal Fernández, en calidad de allegado "como militante peronista" a la extracción de material genético del cuerpo de Juan Domingo Perón, levanta un interrogante mucho más interesante que la alegada paternidad de Martha Holgado: ¿en qué consiste el ADN del peronismo?

Sabemos que para definir al peronismo inicial, estimo que debemos remitirnos a los GOU (Grupo de Oficiales Unidos o, según algunos, Grupo Obra de Unificación), la logia detrás del golpe militar del 4 de junio de 1943. La plataforma del GOU propone menos de lo que opone: ee opone al comunismo, a la influencia anglo-estadounidense, a la participación en la guerra mundial, a la injerencia de políticos en las fuerzas armadas. Queda el placet tácito hacia los supuestos valores tradicionales argentinos: la religión católica, la estratificación social neo-feudal y las costumbres de origen español.

Es lo que podría llamarse el común denominador castrense argentino, detrás del cual priman la disciplina física, un sustrato de intelectualidad práctica pero no especulativa, una concepción patriarcal y autoritaria de la sociedad y una tendencia al dogmatismo (aunque no necesariamente al dogma católico oficial). En esto el GOU se define dentro de lo que era en su momento una vasta corriente nacionalista, que iba en aquellos años del socialismo y el radicalismo al conservadurismo y el pseudo-fascismo.

El primer elemento genético del peronismo es tribal: "Para un Peronista de bien, no puede haber nada mejor que otro Peronista". (Las Veinte Verdades Peronistas)

Perón se distingue de sus correligionarios nacionalistas al crear la Secretaría del Trabajo y asumir el papel de adalid del trabajador, fuere por demagogia (a semejanza del Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores, énfasis mío), por su fortuita coalición con el socialista Angel Borlenghi, de la Confederación General del Trabajo, o por motivos que desconocemos. Es un paso distintivo.

Lo interesante es que "doctrina social" del peronismo está con conflicto con las tésis nacionalistas del las que emerge el peronismo. La tribu no es la nación en su organización tradicional, si no la sociedad que trabaja ("No existe para el Peronismo más que una sola clase de hombres: los que trabajan."). La justicia social "da a cada persona su derecho en función social".

Queda, entonces, una concepción autoritaria pero colectivista, nacionalista pero estatizante. La persona aquiere valor a través de su trabajo, siempre en función de relación a la colectividad.

El Justicialismo se propone una "nueva filosofía" que es "profundamente cristiana y profundamente humanista". Volvemos a la contradicción interna. El cristianismo se orienta verticalmente: la verdad viene de Dios a la humanidad, a través de un redentor y, en su lugar, la estructura eclesiástica. El humanismo es horizontal: somos todos soldados razos en la lucha por la existencia y la verdad; en la humanidad comienza y culmina toda autoridad, toda fuente de pensamiento. ¿Hacia cuál se orienta el peronismo?

Quizás el problema "genético" del peronismo es su sincretismo, lo que permite a los sindicalistas de la CGT, a los izquierdistas simpatizantes del los Montoneros, y a los neoliberales Menemistas llamarse "peronistas" sin tener que cotejar su ADN intelectual con el del Conductor.

sábado, 23 de septiembre de 2006

Como Ganarse Enemigos

Al desdeñar las observaciones del mandatario venezolano Hugo Chávez en la Asamblea General de ONU como exceso retóruico, muchos se pierden la lección del momento.

Hay que leer el discurso entero -- no solo lo que dijo sobre el "diablo" George Bush. Chávez demuestra con maestría lo bien que entiende a Estados Unidos y lo poco que EE.UU. lo entiende a él.

Refiriéndo a la frase de Bush que “mi país desea paz,” Chávez indicó: "Eso es verdad. ¿Si caminamos en las calles del Bronx, si caminamos en Nueva York, Washington, San Diego, en San Antonio, San Francisco, y les preguntamos a individuos, a los ciudadanos de los Estados Unidos, ¿qué desea este país? ¿Desea paz? Dirán sí."

Asimismo el discurso también cómo la postura del gobierno estadounidense frente a Chávez ha galvanizado totalmente ala Liga Arabe, las naciones latinoamericanas e incluso a Europa en un bloque tan agobiado por EE.UU. que han expresado apoyo a Venezuela en su intento de ganar un asiento en el Consejo de Seguridad de la ONU -- todo para irritar a la delegación de los EE.UU.

Lo raro del asunto es que Venezuela, que por años fue poco más que la chacra latinoamericana de los Rockefeller, había tenido gobiernos que históricamente fueron los aliados de los EE.UU. más consecuentes en su región. Bien manejado, el país habría podido seguir siendo bastante cercano, incluso bajo Chávez.

El problema es que el círculo que dirige la política externa de los EE.UU. no se digna aceptar un amigo tibio si puede ganarse un enemigo fogoso.

La saga de la Venezuela de Chávez recuerda al país de otro apasionado enemigo de Estados Unidos, el Irán del Ayatollah Ruholla Khomeini -- así como hace pensar del Afganistán de Osama bin Laden y el Iraq de Saddam Hussein, ambos países aliados que se han convertido en campos de batalla.

Éstos son los el frutos del trabajo de los diplomáticos del Departamento de Estado y sus colegas espías en las oficinas centrales de la CIA en Langley, Virginia -- no los logros de adalides de la guerra santa musulmana.

Irán era un reino pacífico y pro-occidental a comienzos de los años 50, cuando un primer ministro nacionalista de impulsos democráticos, Mohammed Mossadegh, nacionalizó lo que entonces era la Anglo-Iranian Oil Company (más adelante a British-Petroleum y ahora simplemente BP).

En una jugada que vista años depués contiene una deliciosa ironía, la CIA pagó a iraníes para que, disfrazados de clérigos musulmanes, crearan disturbios y dieran pie al golpe de estado de 1954 que instaló al Shah Mohammad Reza Pahlavi. El Shah secularista modernizó la industria pero se mantuvo en el poder hasta 1979 gracias a la policía secreta SAVAK, que poco debe haber necesitado aprender de la CIA sobre tortura en las clases que la agencia de espionaje estadounidense organizó.

Sin la nefasta influencia de los hermanos John Foster y Allen Dulles, que dirigían el Departamento del Estado y la CIA respectivamente hacia 1954, Irán parecía inclinarse hacia el desarrollo de una democracia parlamentaria influenciada, eso si, por la cultura islámica local. En lugar de lo que podría haber sido un interlocutor de cierto aplomo independiente pero amigo, 25 años de angustia en el exilio crearon un Irán bajo el poder de mullahs y ayatollahs dedicados a la reivinidcación del tradicionalismo musulmán medieval y la guerra santa.

¿Qué los impulsó hacia el extremismo? La indiferencia estúpida del gobierno de los EE.UU. hacia las sutilezas culturales y su desdén hacia la democracia ajena. En 1954, Irán hubiera salvado su orgullo con la posesión del petróleo; hoy quiere armas nucleares.

¿Serán Muqtada al-Sadr, el clérigo rebelde de Iraq, u Osama bin Laden los que resulten beneficiados por armas nucleares iraníes? No está en los intereses del gobierno de Teherán proporcionarles tales armamentos.

Pero entre la no muy diplomática embajada estadounidense y los torturadores en la CIA seguro que darán con la fórmula para irritar a Irán lo suficiente para que se preste a ayudar a nuclearizar quien sea.

martes, 5 de septiembre de 2006

El Bien

Conversaba con quien en lugar de meditar sobre el bien, lo realiza según su mejor entendimiento, sin fin obvio o inmediato de recompensa, y en medida sorprendente. En lugar de imitar el ejemplo, me puse a pensar ¿existirá el bien y que es?

-- Lo importante es la bondad. -- dijo.

-- ¿Qué?

-- Que lo importante es tratar a todos con bondad y ser tratado bondadosamente.

Hace años creía lo mismo. Si todos compartiéramos, si todos nos amáranos, si ... ¡Si nada! ¿Para qué existirá este aglomerado humano, tanto hormigeo humano? Vender, comprar, comer, hacerse el sexo, bañarse, dormir. Para despertar a volver a hacer lo mismo.

No nos amamos, no compartimos. Somos profunda e irremediablemente egoístas.

Llegamos a querernos, que es decir, a compartir egoismos: ella lo llena a el, el la llena a ella, y corren juntos abocados en vender, comprar, comer, hacerse el sexo, bañarse, dormir, despertar, repetir.

De vez en cuando brota un altruismo que es un egoismo más camuflado: quiero sentirme bueno.

La humanidad no vale ser amada.

viernes, 25 de agosto de 2006

Al Escribir la Necrología Propia

En el retiro anual requerido de los jesuitas, Ignacio de Loyola propuso que la primera semana se dedicara a la contemplación de las consecuencias del pecado, incluso aquellas después de muerte. Vino esto a la mente esta mañana al comenzar a escribir mi propia nota necrológica.

Lo primero que le llamará la atención al lector, si lo intenta, es que uno no sabe cuándo sucederá. No se puede poner a que edad moriste, o donde, o cual fue la causa de la defunción.

¿Morirás a los 59 como tu padre, o los 90 como tu abuelo? ¿Estarás en tus sueños o estará tu cuerpo atado a una docena de máquinas en un recinto antiséptico? ¿Estarás cerca del vecindario familiar donde pasaste la mayor parte de tu vida, o aún quizás donde creciste para arriba, o sucederá lejos?

La segunda incógnita, especialmente para aquellos muy famosos a la hora de comer, es en qué te habrás destacado.

¿Te conocerán por el trabajo que llevaste a cabo por 20 años? ¿Por alguna frase tonta que ni recuerdes? ¿Y si no has hecho tu gran obra todavía? ¿Descubrirás algo, conquistrás alguna cima de montaña, alcanzarás a agregar algo al conocimiento o a la experiencia colectiva de la humanidad?

Son preguntas graves para quien ha pasado la mejor parte de tres décadas escribiendo en estilo de la pirámide invertida: se presentan los hechos más importantes y básicos al principio y luego los detalles. Es el estilo clásico del periodismo.

Pero ¿qué pase si no sabemos cuál es el hecho más importante? Sin gancho, la crónica se nos derrumba.

Si entre hoy y el día en que mueras lográs curar el cáncer, logro sobre el que no tengo la menor pista, cualquier obituario que bosquejes hoy es inútil. Claro, si uno logra curar el cáncer, todos los periódicos del mundo pagarán los mejores prosistas para que escriban tus loas a la hora de tu muerte.

Para la perspectiva más probable, sin embargo, queda la misión imposible de escribir la necrología propia. En el mejor de los casos uno puede bosquejarlo y sugerir los hechos agregará otro.

A esta altura es que surge otra idea. Con tal que no estés postrado en cama (aunque Robert Louis Stevenson escribió Secuestrado! en cama), sigue siendo posible realizar el hecho u hechos que quisieras ver en tu obituario.

De mi parte, diría que dudo que llegaré a presidente de los Estados Unidos (aunque, tómese nota, he llegado a presidente -- de empresa -- en los Estados Unidos). En cuanto a la curación del cáncer o las medallas olímpicas, lo veo más turbio aún.

A mi edad, es más probable que haya hecho y alcanzado todo lo notable que alcanzaré.

No es exactamente cierto que haya alcanzado el punto medio cronológico de mi vida. La persona más vieja que pude encrontrar es María Capovilla, del Ecuador, nacida el 14 de septiembre de 1889, lo que significa que hoy tiene 116 años. Me quedan unos añitos hasta el punto medio de esa vida.

De todos modos, la probabilidades van en contra mía: las mujeres viven más años que los hombres.

Y en todo caso, no puedo imaginarme que tendré la capacidad de escribir una gran novela en los próximos 20 años, especialmente siendo que no la he tenido en los 20 años pasados, que fueron mucho más vitales.

Al lector más joven, una advertencia: este juego de la vida se juega más rápido de lo que uno piensa.

Lo que nos queda por alterar posiblemente es nuestra necrológica privada. Me refiero al obituario escrito en los corazones de los que nos han conocido.

Algunos (¿cuántos?) no estarán de luto cuando yo muera, sino que se regocijarán. Otros se asombrarán que no había muerto ya. Muchos nunca descubrirán que he muerto. Quedaré solo en la memoria de los que me han tenido que aguntar, como pueden ser mis hijos.

¿Qué dirá la nota necrológica en sus corazones?

martes, 8 de agosto de 2006

Una lección de Hezbollah

Un artículo fascinante en la portada del New York Times del domingo reciente vale el precio bíblico “más allá de rubíes.” Me refiriero al de la corresponsal Sabrina Tavernise que nos cuenta que el Hezbollah “por años ha proporcionado servicios esenciales a los shiitas pobres del Líbano, insertándose en sus vidas.”

La nota de Tavernise, titulada “Caridad gana lealtad profunda para Hezbollah,” comienza con la historia de un sereno que cuenta que el grupo militante de shíita, cuyo nombre en árabe significa El Partido del Dios, pagó el parto con cesárea de su esposa y una operación en su nariz quebrada, y además trajo alimentos a su hogar cuando él perdió su trabajo. Lentamente el lector se da cuenta de las ventajas que le ha significado a la comunidad shíita la generosidad de Hezbollah.

Me hace acordar de los programas del desayuno para los niños pobres auspiciados por los Panteras Negras en Oakland, California. O las comidas libres comunales en la ciudad de Assisi organizada una vez por el Partido Comunista en la Italia muerta de hambre de la posguerra.

Uno se pregunta porqué Israel, teniendo una economía cuyo producto interno bruto anual, de $154 mil millones según el CIA Factbook, ocupa el 54-to lugar (de entre 233 países), en comparación con el Líbano con la 108-va economía del mundo (GDP de la publicación anual $23.6 mil millones), no podría intentar la misma cosa.

No es que las operaciones militares de los E.E.U.U. en Afganistán, Iraq y otras partes contra militantes musulmanes hayan tenido aciertos rimbombantes. Ni es que el bombardeo por parte de Israel a civiles en el Líbano haya ganado a Eretz Israel el premio a la fraternidad del año. Absolutamente lo contrario en ambos casos.

Llegamos al moment en el que los consejos de las antiguas religiones resulta ser eminentemente práctico.

En el Nuevo Testamento, Jesús dice que “ Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Mas yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os calumnian y os persiguen.” (Mateo 5:43-44).

Lo anterior podría sugerir que el judaísmo, la religión de Jesús y sus apostles, eran una fe de la venganza, lo que no es verdad. La conocida ley del Talión en Exodo 21: 24 “Ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie” fue, en su época, un avance enorme dado que insitía en el castigo del proporcional al crimen, lo que no era común en la antiguedad. Por otra parte, la Biblia hebrea manda a los creyentes “No te vengarás, ni guardarás rencor” (Lev. 19:18.) y pone en boca de Dios la declaración que “venganza es la mía.” (Deut. 32:35).

Ni es tampoco el Islam, la religión del Osama bin Laden y Hezbollah, una religión de odio y venganza. En tono muy similar al Torah judío, el Quran, en el sura 5:45, dice: “Y ordené esto: Vida por vida, ojo por ojo, nariz por la nariz, oído por oído, diente por diente y heridas iguales por igual. Pero al que abandone la venganza por caridad, será para él una expiación.”

¡Qué diferente podría ser el mundo actual si el 12 de septiembre de 2001, el Presidente Bush hubiera proclamado que los Estados Unidos no responderían a la violencia con violencia, sino desafiarían el Al Qaeda a una competencia de caridad!

Imagine el lector, entonces, a los bombarderos estadounidenses B-52s, B-1s y B-2s regando las áreas más pobres de el Oriente Medio con alimentos y medicinas.

¿Qué habría podido decir Osama? ¿Que rechazaba estos regalos? ¿Que él no participaría en una competición de quién es el más caritativo? ¿Quién en el mundo árabe habría apoyado tal postura?

Imagínese también lo podría haber sucedido si Israel hubiera construido en el Líbano meridional fronterizo escuelas, hospitales y traído alimento para los shíitas, de manera de desafiar al Hezbollah no a una competencia de explosiones pero de generosidad.

Aquí es donde Hezbollah ha dado el ejemplo.

viernes, 7 de julio de 2006

Tupac Katari

Lo que más me fascina de la propuesta de Evo Morales concerniente a "integración verdadera" no son los detalles socioeconómicos previsibles sino su alusión histórica a Tupac Katari.

En un discurso escasamente difundido, Morales promulgó la idea de una integración hispanoamericana de las empresas que explotan los recursos naturales.

"La idea no es nueva," dijo, agregando que es "el reflejo de las luchas de nuestros antepasados, de Tupac Katari para conformar el Tahuantinsuyo, de Bolívar para crear la patria grande latinoamericana".

Tupac Katari fue el equivalente boliviano de Tupac Amaru II, biznieto del último Inca del mismo nombre que dirigió una rebelión indígena en el Perú hacia 1780. En lo que es hoy Bolivia, hacia 1781, Juan Apasa, bajo el nombre de guerra de Tupac Katari, lideró un ejército de 40.000 hombres que puso sitio a La Paz.

Ambos rebeldes luego inspiraron movimientos guerrileeros modernos.

Lo de "conformar el Tahuantinsuyo" es una evocación por parte de Morales de las cuatro provincias del Imperio Inca. Es decir, evoca una unidad supuestamente original.

No consta que tal unidad continental, por razonable que sea, haya existido. Ni tampoco consta, quizás porque los españoles se ocuparon de borrar sus huellas, la existencia de un pasado idílico.

No obstante, el último sobreviviente de los conquistadores originales del Perú, Don Mancio Serra de Leguisamo, dejó el siguiente testimonio en el preámbulo del testamento que escribió de su puño en Cuzco hacia 1589:

" Encontramos estos reinos en tal buen orden, y decían que los incas los gobernaban en tal sabia [manera] que entre ellos no había un ladrón, ni un vicioso, ni tampoco un adultero, ni tampoco se admitía entre ellos a una mala mujer, ni había personas inmorales. Los hombres tiene ocupaciones útiles y honestas. Las tierras, bosques, minas, pastos, casas y todas las clases de productos eran regularizadas y distribuidas de tal manera que cada uno conocía su propiedad sin que otra persona la tomara o la ocupara, ni había demandas respecto a ello... el motivo que me obliga a hacer estas declaraciones es la liberación de mi conciencia, ya que me encuentro a mi mismo culpable. Porque hemos destruido con nuestro malvado ejemplo, las personas que tenían tal gobierno que era disfrutado por sus nativos."

Regresar al Edén que pinta este conquistador es probablemente imposible. Pero quizás la historia nos enseñe algo de lo que pudiera haber sido, para construir algo mejor de lo que es.

domingo, 2 de julio de 2006

Ñoño

En lo que parece casi otra encarnación habíase una vez un muchacho escuálido, anteojudo, de cejas firmes que, por un dejo nasal neoyorquino que hasta en castizo le brotaba inconcientemente, terminó con el apodo de Ñoño.

Y hoy se pone a cantar al compás de su teclado de compu ... para su público hispanoparlante, en su mayoría por allá por donde el diablo perdió su poncho. Y ya que estamos, comencemos a explayarnos sobre lo mismo.

Me refiero a esa "pena estrordinaria" de Martín Fierro, que se ve en la Argentina, en el cono sur, en toda la Iberoamérica, e inclusive en España.

¿Qué nos vuelve melancólicos por cultura? Se me ha ocurrido de tanto en tanto que, en el caso argentino, se trataba de sentirse perdido en tanta pampa, de sentirse lejos de todo, que es decir, lejos de la Europa ancestral.

Pero ¿y los gaitas? Viven en Europa, a pesar del hábito de decir "en España esto y en Europa lo otro". En la imaginación castiza, los Pirineos son el equivalente del Canal de la Mancha para los igualmente aborrecidos y admirados ingleses.

Y bien ¿de dónde viene esa melancolía entrañada?