viernes, 7 de julio de 2006

Tupac Katari

Lo que más me fascina de la propuesta de Evo Morales concerniente a "integración verdadera" no son los detalles socioeconómicos previsibles sino su alusión histórica a Tupac Katari.

En un discurso escasamente difundido, Morales promulgó la idea de una integración hispanoamericana de las empresas que explotan los recursos naturales.

"La idea no es nueva," dijo, agregando que es "el reflejo de las luchas de nuestros antepasados, de Tupac Katari para conformar el Tahuantinsuyo, de Bolívar para crear la patria grande latinoamericana".

Tupac Katari fue el equivalente boliviano de Tupac Amaru II, biznieto del último Inca del mismo nombre que dirigió una rebelión indígena en el Perú hacia 1780. En lo que es hoy Bolivia, hacia 1781, Juan Apasa, bajo el nombre de guerra de Tupac Katari, lideró un ejército de 40.000 hombres que puso sitio a La Paz.

Ambos rebeldes luego inspiraron movimientos guerrileeros modernos.

Lo de "conformar el Tahuantinsuyo" es una evocación por parte de Morales de las cuatro provincias del Imperio Inca. Es decir, evoca una unidad supuestamente original.

No consta que tal unidad continental, por razonable que sea, haya existido. Ni tampoco consta, quizás porque los españoles se ocuparon de borrar sus huellas, la existencia de un pasado idílico.

No obstante, el último sobreviviente de los conquistadores originales del Perú, Don Mancio Serra de Leguisamo, dejó el siguiente testimonio en el preámbulo del testamento que escribió de su puño en Cuzco hacia 1589:

" Encontramos estos reinos en tal buen orden, y decían que los incas los gobernaban en tal sabia [manera] que entre ellos no había un ladrón, ni un vicioso, ni tampoco un adultero, ni tampoco se admitía entre ellos a una mala mujer, ni había personas inmorales. Los hombres tiene ocupaciones útiles y honestas. Las tierras, bosques, minas, pastos, casas y todas las clases de productos eran regularizadas y distribuidas de tal manera que cada uno conocía su propiedad sin que otra persona la tomara o la ocupara, ni había demandas respecto a ello... el motivo que me obliga a hacer estas declaraciones es la liberación de mi conciencia, ya que me encuentro a mi mismo culpable. Porque hemos destruido con nuestro malvado ejemplo, las personas que tenían tal gobierno que era disfrutado por sus nativos."

Regresar al Edén que pinta este conquistador es probablemente imposible. Pero quizás la historia nos enseñe algo de lo que pudiera haber sido, para construir algo mejor de lo que es.

domingo, 2 de julio de 2006

Ñoño

En lo que parece casi otra encarnación habíase una vez un muchacho escuálido, anteojudo, de cejas firmes que, por un dejo nasal neoyorquino que hasta en castizo le brotaba inconcientemente, terminó con el apodo de Ñoño.

Y hoy se pone a cantar al compás de su teclado de compu ... para su público hispanoparlante, en su mayoría por allá por donde el diablo perdió su poncho. Y ya que estamos, comencemos a explayarnos sobre lo mismo.

Me refiero a esa "pena estrordinaria" de Martín Fierro, que se ve en la Argentina, en el cono sur, en toda la Iberoamérica, e inclusive en España.

¿Qué nos vuelve melancólicos por cultura? Se me ha ocurrido de tanto en tanto que, en el caso argentino, se trataba de sentirse perdido en tanta pampa, de sentirse lejos de todo, que es decir, lejos de la Europa ancestral.

Pero ¿y los gaitas? Viven en Europa, a pesar del hábito de decir "en España esto y en Europa lo otro". En la imaginación castiza, los Pirineos son el equivalente del Canal de la Mancha para los igualmente aborrecidos y admirados ingleses.

Y bien ¿de dónde viene esa melancolía entrañada?