jueves, 19 de abril de 2012

Cristina o Boudou no son los Fidelitos argentinos

Pregunta un amigo de la juventud adónde va a parar Cristina después de expropiar acciones de YPF para obtener control nacional mayoritario. ¿Es que la Argentina va hacia una Cuba marxista-leninista o una Venezuela "bolivariana"? No, por tres razones.

1. La expropiación de acciones no le quitó Yacimientos Petrolíferos Fiscales a Repsol.

La empresa española a la que Menem le vendió esta joya de la abuela para financiar el espejismo de la paridad del peso con el dólar pasó meramente de accionista mayoritario (57%) de YPF a accionista minoritario (49%). Y entiendo que se habla de compensar a Repsol, como prevee el régimen constitucional.

2.  No hay coacción directa a la oposición, aparte del debate retórico.

Aunque el clima político en la Argentina parece estar envenenado con excesos demagógicos deplorables dirigidos a la hinchada (y en esto creo que casi no hay argentino exento de culpa), no me consta que haya censura, ni hechos de fuerza extralegales.

3.  Ni la presidenta accidental Cristina ni su posible heredero Boudou tienen el peso político de un Castro y un Chávez.

Junto a sus colegas, tanto oficialistas o de la oposición, ambos son demasiado corruptos como para ejercer la disciplina férrea que requiere ser un dictador a largo plazo con todo el andamiaje ideológico necesario. La clase política argentina se ha enamorado demasiado de sus juguetes materiales.

Mi receta: tómense un buen vermouth con soda, dos si todavía les palpita la cabeza, y verán que mañana todo ha pasado.

miércoles, 11 de abril de 2012

Por Algo Les Tenemos Antipatía a los Ingleses ... Aún Hoy

Hace exactamente 30 años hoy se publicó bajo mi firma un artículo de opinión en The Washington Post titulado "We Have Good Reason to Hate the Brits" (Por Algo Odiamos A Los Ingleses) en el que intentaba ofrecer una contrapesa a la anglofilia norteamericana respecto a las Malvinas.

Pero nada resulta tan sencillo como uno se imagina. Pasé por el análisis de agentes de inteligencia, debates sordos y hostiles en los medios y hasta amenazas sotto voce. La respuesta más idónea y risueña fue la de una prima: "Te salió el nacionalista", me escribió.

Y eso es lo que estimo les salió a muchos argentinos el 2 de abril este año. De repente se habló de los "héroes" de 1982. Y pocos se acordaron que esas fuerzas armadas argentinas estaban principalmente entrenadas para reprimir civiles desarmados.

Su derrota frente a una de las potencias de la NATO era solo cuestión de tiempo. Y los soldaditos mandados a la "guerra", de la que ningún general argentino tenía experiencia propia, eran carne de cañon, no héroes.

A 30 años de los hechos habría que buscar la manera de bajar el volúmen emotivo. Hay que sebar el mate con un poco de whiskey, ponerse el poncho sobre el traje de Harrods, y re-pensar más clara y razonablemente sobre este asunto de unas islas, Malvinas o Falkland, que en definitiva son de mala muerte.

Más tiempo las han ocupado los franceses (antes que existiera la Argentina) y los ingleses (después), que los tres gatos locos argentinos que una vez las habitaron muertos de frío. Más tiempo tuvieron a la Argentina los indios que los españoles ... y ni hablar de la mayoría de origen inmigrante.

Y, francamente, ¿qué le ofrece a los kelpers la Argentina? ¿Fútbol para todos?

Si, como escribí en 1982, los ingleses le robaron a la Argentina (e Irlanda, la India, Africa angloparlante, etc.) mucho más que las Malvinas y por algo son objeto de la antipatía instintiva de la mayoría de los argentinos.

Pero en Argentina y entre los argentinos hay problemas de fondo de mayor prioridad que la posesión de dos escollos locos en medio del océano sur.

La guerra de hace 30 años tuvo el único resultado benéfico que podía esperar la Argentina: librarse de los cobardes en uniforme que estaban estrangulando al país.