viernes, 12 de octubre de 2012

El 12 de octubre nace la raza cósmica americana

Acá en Yanquilandia el 12 de octubre lo celebran los italianos de Nueva York con un desfile en la Quinta Avenida (este año fue el lunes 8) en honor a su compatriota, el genovés Cristobal Colón. Pero el 12 de octubre de 1492 fue también el comienzo de una raza cósmica.

El mestizaje* pronunciado y evidente en las tierras que regentearon los españoles ha ido desembocando en el americano de ascendencia universal. Hoy el comienzo de una raza cósmica se extiende de punta a punta de este "Nuevo Mundo" en los niños y niñas afrochecos, mexicosuecos y francojaponeses.

A partir de 1492 se dio el choque inesperado, repentino y doloroso de culturas sociales muy distintas, las europeas y las indoamericanas, a las que, por la fuerza, se añadieron las africanas. Hoy sabemos que eran grupos humanos que sencillamente habían olvidado su familia común.

Tanto los europeos como los indoamericanos venían de la estepa asiática. De allí, unos habían migrado hacia el occidente, hasta llegar a Europa y luego a cruzar el Atlántico. Otros se habían encaminaron hacia el oriente, hasta cruzar el estrecho de Behring. Ambos habían llegado a las estepas desde la India, la Mesopotamia asiática y, aún antes, la cuna humana universal en Africa.

Luego vinieron el trágico secuestro y esclavización de africanos, los chinos que construyeron los ferrocarriles en Norteamérica y el Canal de Panamá, los japoneses del Perú y Brasil, y los hindúes cuyos descendientes hoy gobiernan los estados Louisiana y Carolina del Norte.

Pueden debatirse los detalles de la historia que he trazado con lápiz grueso, pero en el fondo el concepto perdura. Somos todos hermanos reencontrados, de una misma humanidad, en el continente americano.

Hay mucho por corregir y remediar. Notablemente, los de origen europeo, entre los que me cuento, hemos sido crueles hacia nuestros hermanos.

A pesar de todo, la gran epopeya migratoria al continente que va del Estrecho de Magallanes hacia el sur de Argentina y Chile al Mar Artico, situado al norte de Canadá y Alaska, acunó y dio pie a la restauración y expansión de una nueva hermandad humana.

En Haití, por ejemplo, en 1804 se dió la primera república del mundo dirigida por africanos y en 1969 un hombre americano pisó más allá de nuestro planeta, en la luna.

Por eso y más es que hoy celebramos el futuro de la gran raza cósmica americana.


* Al reflexionar sobre el mestizaje reconozco mi deuda intelectual a los teólogos Virgilio Elizondo de San Antonio, Texas, y Gustavo Gutiérrez de Lima, Perú.