viernes, 17 de junio de 2016

El Conventillo de la Argentina

Saltan a la vista de este observador dos hechos obvios a partir de la revelación de millones kirchneristas escondidos en un convento.

Primero, que la política mediática del Presidente Mauricio Macri es muy similar a la que fue la de la Presidenta Cristina Kirchner. Basta con ver el siguiente gráfico que ha ido circulando en los medios sociales.


Nótese el membrete "Cadena nacional Clarín", lo que esencialmente establece una equivalencia entre los discursos un tanto aburridos y de Doña Cristina, en una "cadena" que acaparaba todos los medios de radio y teledifusión para enviar el mensaje del peronismo kirchnerista.

Macri y los macristas son más vivos. Mantienen una distancia entre si mismos y las megacorporaciones mediáticas que se consideran aliadas. Y dejan que el medio transmita el mensaje de la manera más entretenida, como saben hacerlo los que viven de eso. Mucho más efectivo, especialmente para los que no desean hacer análisis crítico (que es la mayoría), que una charla llena de bernardinas de una morocha.

Es más, le agradecen no cortarles las telenovelas.

Segundo, se encubre lo que realmente sucede en el país. Otro cartelito.

He pedido a quienes pusieron esto que provean las fuentes. Pero si son fidedignas, son problemas serios. Las cifras revelan un revertir de lo que con cierta exageración y hasta la hartancia (el pecado mediático Cristinista) se llamó la "década ganada".

Claro, Cristina cometió el error de desquiciar al INDEC de tal forma que ya ni se puede fiar de cifras oficiales cuando podrían ser usadas para criticar a Macri.

Y vuelvo a insistir que, aún si Cristina se hubiese robado lo suficiente para empapelar todas las casas de Buenos Aires con billetes de $100 dólares, la incidencia en la economía sería ínfima.

Nadie parece entender la diferencia entre el producto bruto interno, que se estima en alrededor de US$540 mil millones (2014), y el gasto público de alrededor US$28 mil millones.

O sea que aún si Cristina se hubiese defalcado todo lo que supuestamente gastó el gobierno, hubiera sido una parte pequeña de la economía nacional. El robo no explica el estado de un baja en el crecimiento del PBI, ni el desempleo, ni el cierre de comercios.

Peor. Macri sigue con su plata en Panamá y Bahamas, sobre la que no paga impuestos. Y su esposa sigue empleando niños para hacer ropa que vende.

Pero la masa que consume "noticias" y abdica el derecho a pensar seguirá con el conventillo del robo y las diversas repeticiones de consignas. Nada ha cambiado.