viernes, 12 de marzo de 2010

El Mito del Desarrollo

Me parece tardío apuntarlo, pero mi reciente visita a la Argentina confirma que en aquél país todavía se estila una clasificación de países anticuada y poco real.

En 1961, cuando se iba de golpe en golpe para evitar "el retorno" de El Que Te Dije, la Argentina se creía "potencia mundial" y la pregunta bochornosa y contradictoria al viajero era "¿qué piensan los yanquis de nosostros?" (Respuesta real pero imposible de trasmitir en aquellos tiempos: nada.)

Desde 1991, cuando los transeúntes urbanos habían aprendido a hacer cola pacientemente y los comerciantes a devolver el excedente de un pago excesivo -- es decir, cuando Argentina comenzó a comportarse como la "Argentina año verde" del antiguo y clásico sketch humorístico -- la insistencia total de cuanto argentino uno se encontrase era "estás en un país del Tercer Mundo".

Y eso que los supuestos "mundos" (o por lo menos el "segundo," el de la caída órbita soviética) ya no existían y la clasificación aún tenía menos sentido que en agosto de 1952, cuando el economista, demógrafo y sociólogo francés Alfred Sauvy usó la frase por primera vez al escribir:
"car enfin, ce Tiers Monde ignoré, exploité, méprisé comme le Tiers Etat, veut lui aussi, être quelque chose" (y, en fin, este Tercer Mundo igbnorado, explotado y ridiculizado como el Tercer Estado quiere llegar a algo también)
Recuérdese que el "tercer estado" es otro concepto caduco, proveniente de la Francia anterior a la toma de la Bastilla en 1789.

"No hay países desarrollados", me aleccionó un economista de Nigeria en una conversación de hace 40 años que todavía resuena para mi.

Y de veras, si uno se fijaba en las tasas de contaminación del medio ambiente, de suicidio y en la sensación generalizada de alienación en los países más ricos, había que concluir que había un mundo hiperdesarrollado y hastiado, al lado de uno hambriento y un tanto desesperado.

Argentina era, en aquellos tiempos como lo es hoy, uno de los mejorcitos en el segundo grupo. Y en realidad, la Argentina, país primus inter pares desde hacía mucho, apuntaba a lo que el "desarrollo" real, si hubiera tal cosa, sería -- ni desmedidamente rico, ni excesivamente pobre.

Que las cosas cambiaron es para otra entrega. Pero el hecho subsite: el desarrollo de los países ricos es un mito que nunca fue cierto.

1 comentario:

Nikka Scalper dijo...

Hum...
Creo que cuando se habla de 'desarrollo', se puede querer decir muchas cosas. Hay teorías implícitas (o redes de sentido) en las denominaciones que usamos.
Por ejemplo, la polaridad desarrollo/subdesarrollo implica la existencia de una condición deseable o completa (desarrollo) y de una indeseable por incompleta (subdesarrollo). Después la adornaron un poco con lo de 'en vías de desarrollo', pero el susodicho concepto D sigue siendo el final deseable.
Ahora, ese desarrollo es el considerado de índole económica, con algunos rebotes en indicadores socioculturales (índices de alfabetización, escolaridad, consumos culturales) y demográficos (indicadores habitacionales, de infraestructura, de calidad de vida medida por variables duras como la presencia de inodoro en vez de letrina, etc, también mortandad infantil, esperanza de vida... nada de hablar de depresiones, hipermedicación, suicidios...).
En otro post festejaste el uso del término 'países centrales', por considerarlo neutro. En verdad, es un término proveniente de la teoría de la dependencia (por ej, cardoso y faletto, también celso furtado o dos santos).
En ese caso, la polaridad es Centro-dependencia, en un marco mundial en donde para que haya un país central, DEBE HABER país dependiente (es una dependencia estructural). Los países centrales centran su economía en la actividad industrial (es una teoría de los 70), mientras los periféricos somos proveedores de materias primas y a veces, constituimos parte de su mercado internacional de consumidores. Dentro de cada ispa, también se replica la estructura CENTRO/periferia. Por eso, dentro de esa teoría, los países centrales van a impedir que los periféricos diversifiquen su actividad económica y se industrialicen, ya que se convertirían en competencia y además perderían proveedores de materias primas y de mercado de consumo (recuerdo proyectos de industrialización en Am. Lat. -e incluso el derivado del New Deal- que fueron acompañados de consolidación de la capacidad de compra del mercado interno).
El tema es que ese análisis mahomenos funcaba antes de que los estados nacionales entraran en crisis... bah, antes de que se consolidara tanto el capital transnacional que hasta pueden presionar a los estados nacionales, sea Argentina o USA. En ese contexto, se complica tanto lo de centro/periferia como lo de desarrollo/subdesarrollo.
Y bue.
*Nikka se rasca la coronilla, y se queda pensando.