martes, 13 de febrero de 2007

La Nueva Estética

Todo comenzó con un comentario pasado de boca en boca: de varias argentinas a un par de brasileñas a una yanqui, luego a mi. Como dice la jerga periodística, fuentes generalmente informadas (uno se imagina la de Trevi con una nueva estatua de un teletipo) afirman que la cirugía estética de mayor uso en la Argentina es para reducir el tamaño de los senos.

Lo de aumentos lollobrigidianos (se rumoreó en un momento que la academia francesa había aceptado la palabra) es cosa de otra época, informan portavoces del Partido Femenino. Ahora es cuestión de tener pechitos tamaño copita de champagne (ver imagen). Mis fuentes me informan acerca de la alta incidencia de la cirugía para lograrlo en la RA.

Agrega otra corresponsal:
Escuché de una dirigente travesti: las que se hicieron en los ´90 grandes implantes de siliconas, están hoy muy arrepentidas, y envidian a las travestis jóvenes que casi ni se hacen implantes porque, según ellas, el mercado masculino (que son sus clientes en prostitución) reclama pechos adolescentes. Lo comento porque las travestis intentan emular las mujeres deseadas por los varones.
¿Estamos ante una nueva estética humana en el siglo XXI?

Si es así, es antirubenesca, transsexual y multiracial. Se valora la mujer gamine y el hombre lampiño; la piel café con leche o asiática; las facciones lavadas de características étnicas obvias, o con mezcolanzas multiraciales; la mujer "marchosa", como dirían los españoles, y el varón tranquilo y de buen humor.

De ahí los labios africanos de Angeline Jolie y las facciones europeizadas de Halle Berry, y el aspecto transcultural de Keanu Reeves, el hombre nuevo en The Matrix, Neo.

(Nota al margen: no masturbarse mentalmente por los ejemplos hollywoodeanos, supuestamente representativos de la propaganda globalista mundial; los ídolos del cine responden de alguna manera al gusto popular. Ver Dawkins, la cuestión del meme.)

La nueva estética propone, a mi modo de ver, la perspectiva de una generación que no ha visto ni la guerra, ni el hambre, ni la peste, ni la muerte. Los adultos jovenes, de alrededor de 25 digamos, comenzaron a tomar conciencia cuando el mundo ya era cibernético y en su adolescencia vivieron la apertura de la Internet a los usuarios no académicos.

Es la generación de L'Auberge Espagnole: pujante, abierta a todo, multicultural.

Para ellos, los papeles masculinos y femeninos se entremezclan, porque todo los posible se comparte por primera vez. Las razas, colores, nacionalidades, credos, son todos parte de una colcha de retazos, la humanidad multiforme.

Es quizás la generación a la que se dirige Barack Obama, posible presidente de los EE.UU., o quizás a lo que se refiere Paul David Hewson (mejor conocido como Bono) en su hégira humanitaria en Africa, o quizás a lo que apunta el novelista danés Peter Høeg (autor de La señorita Smila y su especial percepción de la nieve).

A pesar que el trio no pertenece a la nueva generación, estimo que expresan el nuevo zeitgeist, como lo hicieran los Beatles para la generación de posguerra, que eran sus hermanos menores.

Todas las estéticas tienen sus significados: el equilibrio del renacimiento tras el caos medieval, la tensión barroca ante las guerras de la religión, el gótico teocrático como escape del derrumbe del imperio romano, el rococó como expresión exceso de los monarcas absolutos europeos.

Por el momento vemos en esta estética de la fusión étnica y cultural, el pansexualismo, y el posibilismo. Inspira optimismo.

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