Puesto que dudo de Vos,
de Tu existencia,
sobre todo de Tus sacerdotes
y los mil propagandistas que se creen que Te han enjaulado
en sus Biblias,
Te concedo el derecho de dudar de Mi.
Todavía no hay mucho que contar
sobre Mi existencia;
sobre aquellos que abogan por Mi
y que han hecho mal en pleno apostolado,
no me consta,
Me he desentendido de ellos,
o sencillamente,
no me importa;
Soy como Vos.
Poco Te importan
las fechorías cometidas en Tu nombre;
En eso nos parecemos: hagamos un pacto.
Hago la vista gorda a Tu
indiferencia; y Vos
perdoname la mía.
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