Hay por lo menos dos Argentinas. Hoy lucen clarísimo para mi: está la Argentina que festeja el Oscar que "ganamos" y la otra que anda con el ceño fruncido por el uso de reservas para pagar la deuda.
Son contradictorias y se anulan mútuamente.
En una, claro está, hay una euforia un tanto chauvinista por un mérito que no es realmente nacional, sino de un grupo de cineastas. Es como los hinchas que, sin tocar una pelota, "ganan" cuando su equipo gana.
Es un poco como el jactarse por tener el río más ancho del mundo. ¿Qué mérito real tiene eso? Ninguno.
En cambio, en aquello que precisa unidad, para enfrentar al mundo en lo económico, hay una Argentina dividida casi al punto de la traición. El Congreso y las cortes se ponen a cortar fino, fino en lo leguleyo para trabar un pago de deudas, y la presidenta se ensaña con los que, según ella, tienen el despechode no estar de acuerdo.
Las trenzadas entre Elisa Carrió y la oposición, por una parte, y su contricante Cristina Kirchner y compañía, por otra se asemejan más a lucha libre en el Luna Park que a discusión de alto nivel sobre la problemática nacional. Y no hacen más que transformar al país en una fantochada.
Es decir, hay una Argentina hincha y una Argentina que hincha -- y las dos coexisten simultáneamente en el mismo tiempo y espacio.
1 comentario:
Claro que hay varias Argentinas más. En muchas de ellas, lo que decida la Academia o el Congreso es totalmente irrelevante: no cambia en nada la lucha cotidiana ni la burla cotinochera de la tevé barata, el discurso panfletario y la noticia intencionada.
Ayer me encontré con una de esas Argentinas comprando en el almacén: un cuarto de queso cremón era muy caro y la piba le pidió al almacenero si le podía dar la mitá, mientras su hijito le pedía el serenito con rocklets que no le podía comprar (si esa es la Argentina que vive a mitá de cuadra de casa, imagino la que está un poco más allá).
Ah, la Argentina de Fútbol para todos, sep sep sep... (http://www.elauditor.info/backend/monitor/Microsoft%20Word%20-%20transferencias%
20futbol.pdf?PHPSESSID=
c9e011808c765b20e7fd445541c9f728)
La Argentina que entorpece la realización de pasantías laborales necesarias para que los jóvenes se reciban, o la Argentina que los explota avasallando su condición de estudiantes... en el bendito caso de que puedan estudiar (estem... no encuentro a Argentina entre los países que aportaron datos completos y recientes acerca del empleo en los jóvenes para el informe de la OIT sobre Latinoamérica). Ah, cierto... la Argentina del INDEC.
La del productor rural. La del que arrienda su latifundio. La de los que concentran exportaciones. La del peón rural (ojo, Cecil, que ni siquiera estoy saliendo de mi terruño pampahumedino...).
La que corona en la fiesta de la vendimia a jovencitas que apenas tocaron un racimo en la verdulería... o en el super!
La que genera impuestos a la renta presunta (¿?), o superpone impuestos (a las ganancias + a la riqueza + al cheque + el santísimo IVA que se paga en casi todos los productos + las cargas sociales que deberían financiar nuestra salú y nuestra vejez).
La que pone a la escuela en el lugar de la contención social y premia antigüedad docente, en vez de logros (bah, aguantar en esas condiciones es un logro, cierto). O, aún peor, la que toma por logro educativo una medición estadística superficial (ay, qué modosita, suelo decir 'estadística pedorra', perdón).
Uf, Cecilio. Mirá si tendremos Argentinas para ver.
Gracias por compartir el pensamiento!
k.
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