Me despierto
en una estación en Vermont
con compañeros de colegio
de Buenos Aires.
Ellos quieren ir a Montreal
yo ando en camino a Washington,
siempre a trasmano.
A ellos se les han perdido las valijas
yo tengo todo
ofrezco comprarles sus boletos,
per me hacen cumplidos que no.
Hay en el andén
una locomotora marrón
con letras amarillas
North Hudson Railroad.
Pero,
es la misma
que vi
al despertarme en el vagón
en mi sueño,
antes de despertarme de mi sueño
de estar en tren.
del cual deperté parado en el andén
con mis compañeros.
Excepto que me despierto
y ya estoy en Washington:
en mi cama
y no en Vermont
y no les pregunté a los compañeros
¿qué fue de aquél compa
que protestaba que Dios era un soberbio
que se hacía halagar todo el tiempo?
y recuerdo
de repente, que no los vi
hace menos de años
y que el North Hudson Railroad
no existe (lo guglié).
Quizás las fiebres
son como anticipos
de la vejez encamada
y del otro mundo
en el que navegamos
mentes sin cuerpos
como un servicio interminable
de películas que dirijo
protagonizo
disuelvo
y rehago
por los siglos
de los siglos
... ah ...
y la sibilancia
de mis pulmones enfermos
no es más que
un coro de ángeles
traído de "Marat/Sade".
1 comentario:
Me gustó. Muy bueno. Abrazo.
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