El sitio del Departmento del Trabajo estadounidense omite el orígen ideológico y antisocialista de la fecha escogida para el Día del Trabajo como día festivo federal que se celebra el primer lunes de septiembre con el nombre de Labor Day. Hoy.
Al igual que el Día del Trabajo que en Europa y Sudamérica se celebra en mayo, la efeméride en el coloso del norte conmemora la Masacre de Haymarket, que ocurrió el 4 de mayo de 1886, en Chicago.
El incidente se dió durante una manifestación pacífica convocada a un parque de Chicago llamado Haymarket en reclamo de la jornada laboral de ocho horas, hoy práctica casi universal. Los trabajadores eran en su mayoría inmigrantes alemanes y del entonces Reino de Bohemia (hoy República Checa).
Un desconocido — se cree que fue un agente provocador que lo hizo para dar a la policía la excusa para reprimir — lanzó una bomba de dinamita a la
policía, que actuó enérgicamente para dispersar la reunión. Entre la bomba y disparos que siguieron resultaron muertos siete
policías y al menos cuatro civiles, con decenas de personas heridas.
A menos que se piense que estos eran rebeldes sin causa, considérese que por su labor se les pagaba US$1.50 por día. En dólares de 2014, sería US$37.50 por día, o sea US$11,700 por año (o US$975 por mes); dicho ingreso anual es apenas US$300 en exceso del nivel de pobreza en EE.UU. para un hogar con 1 persona. Y la semana laboral, que entonces incluía el sábado, consistía de 60 horas de trabajo.
En résumen, protestaban el trabajo de 10 horas al día por sumas que no daban para mantener una familia. Y además, salieron a la calle en reacción a la tragedia de varios trabajadores muertos por la policía el día anterior.
La protesta tenía antecedentes.
En octubre de 1884, una convención celebrada por la Federación de Trabajadores Organizados y Sindicatos fijó unánimemente el 1o. de mayo 1886, como fecha meta para la adopción de la jornada de trabajo de ocho horas. Al acercarse la fecha elegida sin medidas normativas por parte del gobierno, los sindicatos prepararon una huelga general.
El sábado 1 de mayo de 1886, miles de trabajadores se plegaron a la huelga en ciudades importantes como Nueva York y Detroit, al grito de "Eight-hour day, with no cut in pay". ("Ocho horas al día, sin menos paga"; nótese en inglés la rima entre "day" y "pay," lo que hace la frase idónea para corear por la calle). Se estima que entre 300.000 y medio millón de trabajadores participaron.
Tras el disturbio en Chicago tres días más tarde, en el Congreso numerosos legisladores anunciaron la necesidad de comemorar el Día del Trabajo. La mayoría de las organizaciones laborales, muchas afiliadas a la Primera
Internacional, preferían el 1o. de mayo, para conmemorar el inicio en
1886 de una huelga reivindicativa
que había llevado a la Masacre de Haymarket.
El Presidente Grover Cleveland creyó que el feriado del 1 de mayo sería
ocasión de desórdenes y además reforzaría el
movimiento socialista. El gordinflón Cleveland pertenecía al ala pro-industrial del Partido Demócrata, apodados en la época "Demócratas Borbones".
La fecha alternativa tiene su origen en un desfile celebrado el 5 de septiembre de 1882 en
Nueva York por la Noble Orden de los Caballeros del Trabajo
(Knights of Labor), sindicato anti-socialista de inspiración católica. En 1884 se realizó nuevamente y los Knights of Labor
quedaron en hacerlo anualmente el primer lunes de septiembre; los KOF apoyoran su fecha para el día feriado nacional. En 1887 Cleveland dio su apoyo a la posición de
los Knights y su fecha.
Hubieron dos secuelas.
Primero, la presión popular en pro de la jornada de ocho horas continuó. En la convención de 1888 de la re-denominada Federación Americana del Trabajo (American Federation of Labor), el mismo sindicato que había protestado en 1886, se decidió hacer otra campaña y acordó el 1o. de mayo 1890, para otra huega general.
Asociación Internacional de Trabajadores (o Segunda Internacional), reunida en París en 1889, hizo suya la fecha para manifestaciones internacionales, comenzando así la tradición internacional del Primero de Mayo.
Pero la lucha fue larga. La jornada de ocho horas en EE.UU. fue ganada primero por el sindicato de mineros en 1898. Los trabajadores de construcción en San Francisco la obtuvieron en 1900, los typógrafos en 1905 y en 1914 la Compañía Ford dobló la paga a US$5 por día y redujo el día laboral de nueve a ocho horas.
No fue hasta 1916 que el gobierno federal estableció la jornada de ocho horas como norma nacional.
Segundo, tras la masacre se acusó a ocho trabajadores anarquistas de conspirar en fomentar la violencia. Cinco fueron condenados a
muerte (uno de ellos se suicidó antes de ser ejecutado) y tres fueron condenados a penas de cárcel. El movimiento
obrero los denominó los Mártires de Chicago.
El juicio, que duró hasta 1893, fue universalmente calificado de ilegítimo y deliberadamente malintencionado. El nuevo gobernador de Illinois, John Peter Altgeld, indultó a los acusados y se unió a la crítica de los sucedido en las cortes.
Altgeld, uno de los fundadores del ala progresista del Partido Demócrata, pudo haber sido candidato a presidente si no hubiera nacido conciudadano de los inmigrantes alemanes que lucharon por sus derechos en Haymarket.