Acabé de leer la semana pasada la novela "La Pregunta de sus Ojos" que traje de Argentina y llego al fin de "Operación Traviata", el informe periodístico sorprendentemente detallado sobre el complot y asesinato en 1973 del sindicalista argentino José Ignacio Rucci.
Me fascinaron ambos libros por sus temas comunes, la justicia e injusticia en la Argentina, la violencia y lo tenebroso, el "decensus in averno" del país en los años setenta y -- la generación que comparten los autores, que fueron demasiado chicos para haber vivido todo aquello y nos presentan todo desde una perspectiva oblícua, pero a mi mode de ver, fidedigna.
Los hechos principales de La Pregunta ocurren hacia fines de la década de los sesenta, en Tribunales, edificio que yo pasaba todos los días lectivos en el colectivo 102. Hay alusiones a cosas que recuerdo y detalles de la vida de adulto, que no llegué a conocer en carne en Buenos Aires.
Lo de Rucci es un recuerdo fugaz de una noticia cuando yo ya estaba en Canadá. Por más simpatías ideológicas y morales que pueda albergar hacia el movimiento sindical y el derecho de la negociación colectiva hacia buenas condiciones de trabajo, para mi los sindicalistas fueron siempre unos matones que cortaban la electricidad cuando se les daba la gana.
Pero todo eso se topó con el gorilaje militar, los Montoneros y el ERP, eventualmente los desaparecidos y la perpétua inflación argentina. Amén de muchas cosas más.
Y ambos libros no se gastan en repasar si los militares fueron realmente gorilas o qué facción del peronismo tenía razón. Si, no, todas y ninguna.
Aquello que es tan trágico, magro, espeluznante e increíble es para ambos autores un barullo de fondo. Pero sus historias, lejos de ignorar el barullo, lo explican sin meterse en dimes y diretes.
Un crimen común resulta ser una reflexión sobre la violencia, los atajos que a veces hay que tomar para hacer justicia y la probabilidad de que no hay solución a los problemas que ambos hechos suscitan, aparte del amor. Un asesinato premeditado y con alevosía resulta ser la excusa para examinar esas fuerzas políticas que en 1973 ya se encaminaban al desastre, no polemizar sino para terminar de saber en concreto qué pasó.
El pueblo argentino lleva 200 años en pos de saber de qué se trata en los ámbitos de poder y violencia institucionalizada que conforman al estado como reflejo de la sociedad. Estos libros ayudan.